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Si practicas esquí o snowboarding, debes conocer las diferencias entre esquiar en las pistas o fuera de ellas. ¡Su regulación y tu seguridad son diferentes!
Adriana Hibernon | 02.12.2016
Si practicas esquí o snowboarding, debes conocer las diferencias entre esquiar en las pistas o fuera de ellas. ¡Su regulación y tu seguridad son diferentes!
Con la llegada del frío, los deportistas amantes de la nieve rescatan del armario chaquetas, pantalones térmicos, guantes, bufandas y gorros. Lucen botas relucientes, tablas y esquís recién encerados. ¡Empieza la temporada!
Las montañas se llenan de aficionados en busca de la sensación de libertad que se experimenta deslizándose por cumbres blancas, lejos de las aglomeraciones. Y algunos se sienten atraídos por retos cada vez más difíciles que les permitan ponerse a prueba, siempre buscando ir un poco más allá, como puede ser el esquí fuera de pista.
Si eres uno de ellos, este post te interesa.
Aquellos que acceden a una estación de esquí asumen que se trata de un deporte cuya práctica entraña riesgos influenciados por diversos factores como las condiciones meteorológicas, el estado de la nieve, el nivel técnico y el grado de cansancio, la actuación de los demás usuarios de las pistas, etc.
No obstante, dentro de la zona de pistas la estación se responsabiliza de garantizar la seguridad tanto como sea posible mediante la preparación, balizamiento y control de las pistas que decide abrir. Todo con el objetivo de minimizar los peligros de la montaña que el usuario no haya podido prever en el momento de iniciar un descenso o entrar en la pista.
El reglamento interno de las estaciones de esquí españolas (ATUDEM) fue fruto del consenso de las diferentes estaciones para dotarse de una autorregulación que paliase la situación de inseguridad jurídica en la que se desenvolvía su actuación hasta su creación. Dicho reglamento se aprobó como norma de “mínimos”, por lo tanto, cada estación puede aplicar normas adicionales únicamente válidas en esa estación.
La obligación de las estaciones se limita, por lo tanto, a avisar del peligro que supone esquiar fuera de pistas y a facilitar información genérica sobre el riesgo de avalanchas, de acuerdo con la información proporcionada por los centros meteorológicos oficiales.
La excitante experiencia de esquiar fuera de pistas conlleva asumir una serie de riesgos adicionales a los que son propios de la práctica de este deporte y hay que conocerlos para poder minimizarlos. Supone esquiar por zonas señalizadas y declaradas como cerradas por la estación de esquí en las que son habituales las placas de hielo, las rocas no visibles y las avalanchas de nieve conocidas como “aludes”, ya que las máquinas que acondicionan la estación no pasan por allí.
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